-Jorge de Oteiza-, «Caja vacía», 1958, Museo Reina Sofía, Madrid

oteiza

Caja Vacía (1958) es una escultura de hierro cobreado realizada por Oteiza dentro de su serie de cajas metafísicas, sobre las que plasma formulaciones anteriores de su obra, como la desocupación del cubo (Reina Sofía, 2017). Debido a ello, podemos ver en esta caja las influencias del plano Malevich sobre el que tanto investigó el escultor vasco, y sobre el que afirmaba que “confunde los puntos de fuga que dan forma al espacio y destruye las ligaduras que intentan ordenarlo reduciéndolo a una red de direcciones”. (Manterola, 2006, p. 22).

Oteiza consideraba que la abstracción era un elemento clave, porque es a través de ella que el arte se une al pensamiento filosófico y a la búsqueda de sentido. De este modo, su serie de cajas metafísicas tratan de expresar dicha idea: “la elevación espiritual a través del arte” (Pérez, 2017).

Oteiza trató de crear una obra con la que pudiera expresar sus ideas metafísicas a través de una pieza que quedara vacía de sentimentalismo y de anécdotas, es decir, su finalidad era eliminar el subjetivismo para expresar la realidad de lo real. Creó una escultura con la que pudiera experimentar las posibilidades de espiritualización a partir del hueco y el vacío (Pérez, 2017)

Aunque a simple vista parezca una simple caja con vacío y espacio de por medio, lo cierto es que, Caja vacía forma parte de una elaborada serie, resultado de años de investigación. Oteiza activa aquí el vacío a través de “la relación entre los planos, sus intersecciones, los ángulos creados, o el dibujo del contorno y las sombras” (Pérez, 2017). Trata de lograr un equilibrio entre lo que queda fuera y lo que queda dentro de la caja. La composición es el elemento clave. Las paredes de bronce de la caja no forman en verdad la escultura; la escultura está dentro. “Así pues, en principio, una caja no es una construcción en el espacio, un ensamblaje o composición, sino un contenedor, un delimitador de espacio” (Pérez, 2017). La función de la caja es delimitar un espacio vacío.

A pesar de lo abstracto de esta obra, posee también un carácter expresivo puesto que al artista le asustaban las señales de la muerte (la oscuridad de la cosas, la multitud, la noche) (Manterola, 2006, p. 10), y vio en la Caja vacía un lugar de protección. Para el escultor vasco, el tiempo es un elemento letal y destructivo salvo para el vacío, es decir, el tiempo no puede destruir al vacío. “Se trata, por tanto, de capturar la esencia del vacío, su capacidad para generar a un tiempo energía espiritual y física” (Macba, 2017).

BIBLIOGRAFÍA

  • LIBROS:

-Manterola, P. (2006). La escultura de Jorge Oteiza. Una interpretación. Navarra: Fundación Museo Jorge Oteiza Fundazio Museoa.

  • FUENTES ON LINE:

-Pérez, V. (2017). Obras de una colección. Jorge Oteiza. Consultado el 25 de abril de 2017 en, http://www.march.es/arte/coleccion/ficha.aspx?p0=11&l=1

-Museo Reina Sofía, (2017). Exposiciones. Oteiza: mito y modernidad. Consultado el 25 de abril de 2017 en, http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/oteiza-mito-modernidad

-Macba, (2017). Caja metafísica por conjunción de dos triedros. Jorge Oteiza. Consultado el 25 de abril de 2017 en, http://macba.es/es/caja-metafisica-por-conjuncion-de-dos-triedros-0004

 

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